- Dia y hora: Madrugada del lunes al martes 31.
- Lugar: Mi cama, mi habitación.
- Desencadenante: Llevaba casi una semana sin masturbarme, unas veces porque no tenía ganas y otras porque no estaba cómodo en el lugar y momento que me encontraba.
- Forma de hacerlo: Esta vez he utilizado el tubo de goma que me compré en una tienda de bricolaje. Primero lo embadurné por dentro bien de crema de manos, y luego me puse a fantasear, hasta que mi polla comenzó a ponerse dura. Entonces, me quité la parte de abajo del pijama y la metí en el tubo. Entró con dificultad porque es un poco estrecho, pero mejor así poeque da más gusto. Comencé el mete-saca y así estuve durante un rato. En un momento dado me paré paré porque ya no entraba bien, y eché más crema de manos para que lubricara mejor. Seguí metiendo y sacando, notando un inmenso placer cada vez que la metía hasta el fondo, hasta que noté que me iba a correr. Entonces paré unos momentos porque estaba disfrutando mucho y no quería terminar todavía. Después de un par de minutos, reanudé el folleteo. La erección se me había bajado un poco, pero después de dos o tres embestidas volvía a tenerla igual de dura que antes. Volví a notar un placer muy intenso, y de nuevo cuando estaba cerca del orgasmo me detuve en seco para prolongar el acto. Entonces, se me ocurrió que quizás con el vibrador del teléfono móvil podría obtener mejores sensaciones. Lo cogí de la mesilla y lo estuve configurando para que no hiciera sonidos, sino que vibrara, y programé el despertador para que sonara un minuto después. Cuando lo hizo, comenzó a vibrar, y entonces metí la polla en el tubo y en la otra abertura encajé el móvil. La cosa no funcionó como yo esperaba, la vibración apenas se transmitía bien desde un lado del tubo al otro, y además duró muy poco. Dejé de nuevo el móvil en la mesilla, y seguí como hasta ese momento. Al igual que antes, la pausa que había hecho para configurar el móvil sirvió para que se me bajara un poco la excitación y la erección, y así pude seguir follándome el tubo durante un rato más. Al final, volvía a notar la agradable sensación que precede al orgasmo, y entonces ya sí, aceleré el ritmo y me corrí. Después, dejé el tubo en el suelo apoyado en la pata de la cama, colocado de tal forma que el semen no se derramara por el suelo.
- Duración: Alrededor de media hora.
- Intensidad y lugar de la corrida: Fue larga y bastante intensa. Me corrí dentro del tubo, que penetraba con más fuerza con cada oleada orgásmica.
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