martes, marzo 05, 2013

Un polvo de hace un año

Esto pasó hace casi un año, pero hasta hoy no se me ha ocurrido escribirlo aquí, más que nada porque tengo el blog abandonado desde hace casi 4 años y ni me acordaba de él, pero no quería que se me olvidara lo que pasó y lo pongo aquí.

Como decía, hace más o menos un año estaba yo en un chat de Internet cuando me puse a hablar en privado con una chica de mi ciudad. En principio la conversación no tenía nada que ver con nada sexual, pero por ciertas cosas que me dijo y que me preguntó vi que podía existir esa posibilidad. Nos dimos nuestras direcciones de MSN y los siguientes días estuvimos chateando y mandándonos correos. Se trataba de una madurita  (de 47 años) que buscaba una aventura, aunque estaba bien con su marido. Fuimos ganando confianza por mail, y decidimos quedar un día para conocernos en persona.

Primero quedamos en un bar, y allí estuvimos tomando algo y hablando. Parece que nos gustamos, y terminamos dándonos unos morreos... y quedando para esa misma noche en mi casa, puesto que ella vivía en el mismo barrio y a veces sale a pasear, por lo que no despertaría las sospechas de su marido.

A la hora acordada vino. Estuvimos hablando un poco y enseguida pasamos a la acción, y empezamos a besarnos. La cosa se fue calentando, y yo empecé a sobarle las tetas por encima de la ropa. No recuerdo cómo iba vestida, pero la ropa le duró puesta muy poco rato... enseguida le quité lo de arriba, y a continuación el sujetador. Sus tetas eran pequeñas, casi no había donde agarrar, debido a que según me dijo practicaba mucho la natación. No importó mucho, le lamí los pezones hasta que se pusieron duritos, y terminamos de desnudarnos.

En cuanto me quité el calzoncillo, mi polla, que ya estaba bastante dura, salió como un resorte y ella no se lo pensó mucho y, puesta de rodillas, empezó a chuparmela de una forma deliciosa, hasta que estuvo dura como una piedra. Estábamos en el sala de estar, y ella se echó en el sofá y yo me acerqué a comerle el coño. Lo tenía totalmente depilado, detalle muy de agradecer, y le pasé la lengua arriba y abajo, entre los pliegues de los labios y el clítoris, mientras oía cómo gemía. Entonces, me puse sobre ella y la penetré... mi polla entró con algo de dificultad en su coño, ya que no estaba todavía bien lubricado. Saqué la polla y se lo chupé un poco más, hasta que ya se puso más mojado. Me puse un condón, y se la volvía a meter, y esta vez sí que entró bien, y se la metí y la saqué varias veces.

En un momento dado, decidimos cambiar de postura, y yo me tumbé en el suelo, sobre la alfombra. Ella se sentó encima de mi, a horcajadas, mirándome, y empezó a cabalgarme. Mi polla entraba y salía de su coño, mientras yo le sobaba las tetas y la agarraba de las caderas siguiendo sus movimientos. Después de un rato, me corrí, y arquée la espalda con ella encima, levantándola. Justo en ese momento sonó el teléfono, así que me la quité de encima rápidamente para ir a cogerlo. Y en ese momento me di cuenta de que no llevaba puesto el condón, ni veía a dónde había ido.

Atendía la llamada, mientras ella iba al cuarto de baño, y cuando terminé de hablar le pregunté por el condón. Resulta que al sacar la polla tan rápidamente se me había salido y se había quedado en la alfombra. Por suerto no se quedó dentro de ella, ni se derramó su contenido en el suelo.

Nos sentamos desnudos en el sofá y estuvimos hablando un poco. Me contó algunas experiencias que había tenido en locales de intercambio de parejas, y sobre un amante más joven que tuvo. Al cabo de un rato de hablar, me agarró la polla, la meneó un poco y dijo algo como "mmh, esto ya está otra vez preparado". Me puse otro condón, y sin moverme del sofá, sentado como estaba, ella se puso de nuevo encima y se metió mi polla lentamente en su coño.  Empezó de nuevo a cabalgarme, apoyando sus manos sobre mis hombros, y echando la cabeza hacia atrás. Yo le acariciaba las tetas, y ella gemía mientras decía '¡Mmmh, qué bueno... qué bueno...!'. Esta vez no cambiamos de postura, siguió moviéndose hasta que nos corrimos de nuevo...

Tras limpiarnos y descansar un poco, nos vestimos y ella se marchó a su casa, quedando para repetir otro día.

Para mi fue una experiencia nueva, ya que nunca había estado con una mujer tan madura (ella tenía 47, y yo 36). No estuvo mal, y no me hubiera importado repetir. No volvió a surgir otra ocasión, pero aun mantenemos el contacto, por lo que no descarto que vuelva a haber otro encuentro...