sábado, julio 21, 2007

Andanzas nocturnas en casa

Desde hace unos días estoy de vacaciones, y esa es una de las razones por las que llevo tanto sin postear. De momento estoy en el pueblo, en casa de los padres, aunque posiblemente la semana que viene me vaya a algún sitio con algún amigo (que no amiga, por desgracia).

El caso es que para pajearme a gusto, he de hacerlo teniendo cierta intimidad. Alguna vez lo he hecho por morbo en situaciones en que me podrían descubrir, pero son eso, ocasiones en las que se está muy salido. Para las pajas normales del día a día, no hay nada como tener la tranquilidad de que haga lo que haga y tarde el tiempo que tarde no va a entrar nadie en el momento más inoportuno a chafarme la paja.

Cuando estoy en casa de mis padres, o vienen de visita al piso donde vivo, pasa justo lo contrario. En cualquier momento aparece mi madre por cualquier motivo y nunca tengo un momento de tranquilidad. Me ha pasado más de una vez estar con el ordenador, viendo páginas no aptas para menores (fotos o textos) y tener que esconderlas rápidamente por entrar ella y buscar o decirme algo, cuando no directamente a hablar de cualquier cosa. Como para pajearse...

El colmo fue el otro día. Se puso a limpiar el baño (todas las madres tienen esa obsesión por la limpieza) y descubrió uno de mis juguetes, la tubería de goma, escondida donde la tenía, debajo de un montón de toallas. Afortunadamente hacía tiempo que no lo usaba y estaba limpio, así que cuando me preguntó que qué era eso me hice el tonto y le dije que ya estaba en el piso cuando entramos a vivir, que si quería podía tirarlo. La cosa no fue a más; ventajas de usar objetos de uso cotidiano como juguetes sexuales; aunque como lo tiró me quedé sin él.

El único momento en que puedo aprovechar para apagar mis calores es la noche, de madrugada. A veces me pajeo en mi cama por debajo de la sábana hasta llegar casi a correrme, y entonces sigo hasta el final o me detengo según las circunstancias. Otras veces hago lo que da título a este post. Me levanto y vago por la casa que está a oscuras y silenciosa. Como voy descalzo no hago ruido al andar, y recorro las habitaciones a oscuras. En algunas entra algo de luz de la calle y en otras no entra ni un rayo. Entonces me quito el pijama y me desnudo, y sigo así recorriendo la casa, o me siento en algún sitio (sofá, silla, el suelo) y uso mi diestra mano para pajearme en la oscuridad. La forma en que lo hago no tiene nada de particular, es una paja normal y corriente salvo por la situación. De vez en cuando se oye algún ruido y me paro, como el crujido de un mueble o algún sonido procedente de la calle. Luego continúo meneándome la polla, y recreándome en el placer que ellos me produce. Finalmente me corro, y esto también lo hago de distintas formas según me parezca. Si he sido previsor me habré llevado un trozo de papel higiénico y empaparé en él mi semen; Otra cosa que he hecho a veces es, si hay alguna planta en el habitación en la que estoy, apunto mi polla a la tierra de la maceta y eyaculo ahí. El semen se queda encima de ella, pero pasados unos minutos se licúa y la tierra lo absorve. La última de las formas en que descargo es en el cuarto de baño; me pongo de rodillas delante de la taza del W.C. y apunto mi polla a ella, y cuando me corro todo el esperma va a parar adentro.

Estos paseos nocturnos también los hago cuando paso la noche en casas que no son la mía. Pasearme desnudo y pajearme en sitios en los que normalmente no se hace eso es algo que me da bastante morbo.

Un caso especial es cuando estoy en la casa del pueblo. Detrás tiene un trozo de terreno tapiado que hace de corral/jardín/huerto. En noches de verano abro con mucho cuidado la puerta que lo separa de la casa y salgo al exterior. La temperatura es agradable y se oye el canto de las cigarras. De nuevo, me quito la ropa y lo recorro de arriba abajo, escondiéndome en las sombras por si alguien se asomara a alguna de las ventanas que dan ahí. Cuando ya me he aireado bastante, busco un sitio oscuro y me hago una gloriosa paja al aire libre. A veces es tumbado directamente sobre el cesped o la tierra, o sentado sobre un tronco de árbol cortado, o de pie apoyado en la tapia. La paja en sí, los meneos que le doy a mi polla, no tienen nada de particular, pero lo bueno es el momento de correrse. Al estar al aire libre no tengo que preocuparme sobre dónde irá a parar mi esperme, ni de si quedará mancha o lo descubrirá alguien. Simplemente dejo que el semen brote, y da igual si va a parar a la tierra, a la hierba, a la pared, o al tronco de un árbol. Este tipo de pajas al aire libre por desgracia son muy poco frecuentes, son solo dos o tres al año las que me hago de esta forma.

Y esto es todo por ahora. Mientras esté de vacaciones (una o dos semanas más) no se si podré conectarme, porque lo de Internet no es tan universal como a veces parece, y menos en zonas rurales. Si me apetece, es posible que escriba algo en el ordenador y luego lo suba al blog cuando tenga una conexión en condiciones.

Así que os deseo a todos y todas que tengáis un buen verano, que folléis mucho y en su defecto hagáis lo que yo, pajearos bien a gusto y si os apetece contárnoslo, aquí tenéis donde hacerlo.

lunes, julio 02, 2007

Una semana sin

De vez en cuando en algún post relativo a la frecuencia de mis satisfacciones en solitario suelo decir que va por temporadas; las hay que me consuelo todos los días, otras que lo hago cada dos o tres, y otras que no me toco en absoluto.

La semana pasada fue de estas últimas. Entre sueño, cansancios, y una extraña falta de líbido me he ido todas las noches a dormir sin jugar nada de nada con mi joystick.

Esta misma noche pienso poner fin a estos siete u ocho días de abstinencia no indeseada. En otras ocasiones cuando lo hago el orgasmo suele ser de bueno (aunque no necesariamente 'extraordinario') y acompañado de una buena corrida. Me gustaría hacerlo además de alguna forma especial, pero debido a ciertas limitaciones logísticas no va a ser posible, será a la manera tradicional, o sea, manualmente.

Ya os contaré el resultado...