lunes, enero 29, 2007

Colaboración: Paja con un pepino

Un lector de Costa Rica me escribe sobre una ingeniosa forma de pajearse utilizando un pepino. Dice así:


Tienes que escoger un pepino de tamaño y grosor un poquito mayores de tu polla. Le quitas una de las puntas y con un cuchillo le sacas la carne. El tamaño del hoyo debe ser de manera tal que te entre la polla. Prefiero que quede un pco bien apretada para que haya mayor roce. Tambien suelo ponerle un poco de aceite de girasol u oliva para que resbale mejor. La tecnica es la usual de subir y bajar, pero tambien puedes usar la que yo llamo del boy scout y es de mover el pepino en forma rotativa con ambas manos a la velocidad que quieras de modo que todo el glande se ve frotado por la carne del pepino. Cuando la hago, tio, te digo que siento que se me sale el alma
por la polla. Los inconvenientes es que el pepino te sirve solo una o dos veces porque al rato se pone feo. Tienes que planearla para ir al super a escoger pepino porque si se te antoja de pronto es posible que no tengas uno a mano. Tambien deberias abrir un pequeño agujero en la punta, con un punzon, para que salga el aire y sea mas facil la penetracion.

Lo mejor que puedes hacer es probarlo y me cuentas como te fue.



Yo había pensado algo parecido, pero vaciando un plátano (o banano, como dicen en latinoamérica) y el resultado no fue muy bueno, era demasiado pequeño y en cuanto metí dos veces la polla se rompió.

En fin, si un día de estos voy de compras al supermercado, si puedo miraré de comprar uno para probarlo y (por supuesto) relatar aquí la experiencia.

Ya véis chicas, parece que esa hortaliza nos puede hacer disfrutar a ambos sexos de maneras muy diferentes :-)

miércoles, enero 24, 2007

El descanso del guerrero


Últimamente llevo una temporada que estoy hasta arriba de trabajo. Me voy a dormir a altas horas de la madrugada (como ahora) teniendo que madrugar al día siguiente, con sueño y cansancio acumulado.

Es en estos periodos cuando justo al irme a dormir, y casi todos los días sin excepción me hago un rápida pajilla, metido en la cama con el pijama puesto, el pantalón medio bajado, y la manta subida hasta un poco más abajo de la cintura, para dejar la polla al aire.

Estas pajas no me las hago porque esté caliente y quiera desfogarme. La mayoría de las veces mi polla está flaccida, pequeñita y arrugada porque no estoy excitado y la temperatura en la habitación es tirando a fría (a estas horas la calefacción ya se ha apagado). Entonces tengo que comenzar a estimularla y al poco de comenzar a hacerlo empieza a crecer entre mis dedos hasta que alcanza su tamaño máximo de erección. El resto es bastante normal, a continuación viene el clásico sube-baja con la mano agarrando la polla, insistiendo de vez en cuando en la zona del glande.

El orgasmo llega pronto, preparo mi tarro de crema de manos vacío, que coloco sobre mi tripa, y remato la faena agitando con más rapidez mi mano. La corrida llega como suaves oleadas de placer mientras el esperma resultante que brota va a parar al tarro. Como me masturbo de esta forma casi todas las noches, tengo poca materia léfica almacenada en mis huevos y la cantidad que sale no es muy grande.

El objetivo de estas pajas no es disfrutar la paja en sí y deleitarse en un placer largo y de intensidad creciente. Al contrario. Como ya se ha hecho tarde y tengo cierta prisa por irme a dormir, de lo que se trata es de llegar cuanto antes al orgasmo, que suele ser corto y de intensidad moderada, pero que sirve también para descargar tensiones y poder descansar tranquilo.

Es la paja del descanso, la paja del descanso del guerrero, del guerrero del día a día.

miércoles, enero 17, 2007

Depravado

Eso es lo que parezco a veces. Cuando entra en mi campo visual alguna fémina con vaqueros ajustados (o alguna otra prenda parecida, pero ceñida), no solo me maravillo del volumen carnal de su culo y sus muslos. A veces sigo estos hacia arriba y dirijo mi mirada allí donde se juntan, que es ese sitio que quedá casi en el centro del círculo imaginario formado por las curvas de sus caderas.

E imagino mi dedo hundiéndose en ese sitio mientras su propietaria emite un ahogado gemido...

lunes, enero 15, 2007

Lo peor de madrugar

Lo peor de levantarse por la mañana con el tiempo justo antes de ir a trabajar...

... no es el sueño que tienes.
... no es la pereza.
... no es el cansancio si has dormido poco.
... no es el hambre que puedas tener.

Lo peor de levantarse por la mañana con el tiempo justo antes de ir a trabajar...

... es no poder aprovechar esa erección para recibir al nuevo día con una buena paja.



Es lunes por la mañana, y empieza la semana. ¡Ánimo!

jueves, enero 11, 2007

Paja en el trabajo

Hoy ha sido un día estresante. En un momento de la mañana he ido al baño a hacer mis necesidades fisiológicas, y ¡vaya que si las he hecho! ¡todas!. Después de terminar con las que se hacen siempre que se va al servicio me ha apetecido hacerme una pajilla, para liberar tensiones.
El baño en sí está bastante bien, porque en el pasillo del sitio donde trabajo estamos poca gente y siempre está limpio. Además, cuando se cierra la puerta con pestillo, se queda bien cerrada, no es de esos que tienen un hueco debajo (y otro arriba) para ver si hay alguien, es muy discreto.

Me he acercado al lavabo, y he echado en la palma de la mano un chorrito de jabón del expendedor. Luego he vuelto a sentarme en la taza del water (antes había tirado de la cadema) y he procedido a hacerme la paja. Mi polla estaba fláccida pero eso nunca es problema, cuatro toqueteos y ya estaba erecta, pidiendome que siguiera. Entonces la he agarrado con mi mano impregnada de jabón y he comenzado a moverla arriba y abajo, apretándola con los dedos que se deslizaban facil y placenteramente gracias a la lubricación. Enseguida he empezado a sentir el gustirrinín, y he apretado el múscolo pubocoxígeo para que se me pusiera más dura, lo que ha provocado que por un instante el glande se hinchara levemente adoptando un color más intenso.

Lo he mantenido así unos segundos y luego liberado, repitiéndolo unas cuantas veces mientras seguía menándomela. Cuando he notado que venía el momento del orgasmo he apuntado hacia adelante y finalmente han brotado dos buenos chorros de semen, seguidos de otros menos potentes. Toda la leche ha ido a parar al suelo, que es de baldosín blanco, y ha quedado como una fila de gotas que iban desde la base de la taza del water hasta medio metro hacia adelante.

Me he limpiado los restos que quedaban en la punta del miembro y me he vuelto a subir los calzoncillos y abrochar los pantalones. Luego, con grandes (total, paga la empresa) trozos de papel higiénico he limpiado todos los salpicones de semen del suelo y los he tirado al retrete. Y allí, no ha pasado nada.

Luego he vuelto al trabajo. Lo que quedaba de día he estado igual de ocupado que al principio de la mañana, pero estaba menos tenso :-)

jueves, enero 04, 2007

Primer post del nuevo año

Después de unas merecidas vacaciones vuelvo a la carga, con el blog y con lo que hace que escriba en él. Estos días los he pasado con toda mi familia, lo que significa que apenas he tenido intimidad como para dedicarme a la placentera actividad que da título a esta página.

La última paja del 2006 fue la que me hice el 22 de diciembre, coincidiendo con la iniciativa Global Orgasm de una pareja de chalados sobre la que escribí un breve post ese día.

Desde ese día no he podido masturbarme a gusto hasta correrme. Lo más parecido fue una noche en que estando erecto en la cama comencé a meneármela arriba y abajo muy despacio y silenciosamente (no dormía solo en el cuarto). El masaje continuaba durante un rato, llegando a salirme liquidillo lubricante preseminal, que embadurnaba por la punta de mi polla a la vez que la frotaba, haciendo la experiencia más placentera. De esa forma seguía tocándome hasta llegar a notar la sensación de que el orgasmo estaba a punto de llegar. Entonces paraba toda acción, hasta que se me empezaba a bajar la erección. Volvía a repetir el proceso, hasta que de nuevo estaba a punto de correrme. Y así lo hice dos o tres veces más, sin dar la última sacuidad que hubiera provocado que eyaculase.

A parte de eso, nada de nada, ni siquiera en Nochevieja. Es una fecha en la que dicen que se folla mucho, y no dudo de ello, pero una vez más, fui incapaz de pillar cacho.

El día 2, se terminaron mis vacaciones y pude al fin librarme de la family. Ya con la adecuada privacidad procedí a inagurar el nuevo año sexual. Haciendo cuentas, me salía que había estado 10 días sin disfrutar de mi mecanismo, y decidí terminar ya con tan incómoda abstinencia.

La forma no fue bastante convencional, nada de experimentos ni nuevas formas. Fue lo que se dice una buena paja clásica, más o menos como la que he contado antes, solo que las aproximaciones al borde del orgasmo fueron solo dos, y tras la última pude al fin correrme, sentir palpitar mi polla mientras el esperma brotaba a borbotones blanco y viscoso. Lo recogí en un tarro vacía de crema de manos que he mencionado alguna vez, y por cómo se cubrió el fondo se notaba que llevaba varios días sin descargar.

Para el nuevo año los típicos propósitos que todos nos hacemos en mi caso y el tema del sexo son sencillos: Conseguir de una vez una compañera para que podamos disfrutar el uno del otro sin tener que recurrir al placer en solitario.

Feliz año nuevo a tod@s!!!!!!