jueves, marzo 01, 2007

Nuevo bote de champú

Anoche cuando me fui a dormir me apetecía pajearme, como tantas otras veces. Me tumbé en la cama desnudo y comencé a meneármela, pero después de un rato me entraron ganas de "algo más", casi necesitaba mover la pelvis atrás y adelante, necesitaba penetrar.

Tenía disponible el tubo de goma con el que jugaba de vez en cuando tras la destrucción del bote de champú que tenía antes para consolarme. El tubo de goma está muy bien porque es estrecho y tiene estrías que hacen la penetración muy placentera, pero tiene algunos inconvenientes prácticos:

  • Al estar abierto por los dos lados hay que manejarlo con cuidado después de usarlo para que no se salga la corrida y lo manche todo. Mi costumbre es dejarlo al lado de la pata de la cama toda la noche hasta que me levanto a la mañana siguiente, que es cuando lo lavo. Lo tengo que dejar apoyado de una forma extraña para que ninguna de sus aperturas quede al nivel del suelo y se salga el semen.

  • Al ser tan estrecho y estar hecho de goma [porosa] hay que usar mucho lubricante. Después de estar un rato penetrándolo hay que echarle más porque se va absorviendo, y a veces corta el rollo, tener que pararse un momento porque la polla no entra con suavidad.

  • El orificio por donde entra la polla está totalmente abierto y es igual de ancho que el resto del tubo, por lo que si se inclina hacia abajo durante la jodienda todos los fluidos que hay dentro (semen y el lubricante que use [jabón, aceite]) se salen y van a parar a donde esté en ese momento, que normalmente es la cama, dejando un cerco en la sábana e incluso en el colchón. De hacerlo un par de veces a penas se nota, pero cuando van unas cuantas se hace más evidente y es una guarrada.


Así pues, me decidí a hacerme otro bote de champú masturbador siguiendo el procedimiento que ya conté en los inicios de este blog. Como ya he contruido unos cuantos, en cuestión de 15 minutos lo tenía listo para su uso, así que decidí estrenarlo.

Lo primero que hice fue abrir las ventanas de la habitación para que entrara aire fresco y se fuera el olor a plástico quemado, y luego me metí en la cama tapado con el edredón porque el aire más que fresco estaba frío. Me tumbé boca abajo y llevé el bote hasta mi polla. Como se me había terminado unos pocos días antes, aun tenía algo de jabón en el interior, por lo que tras meterla unas pocas veces se impregnó todo por dentro y puede empezar a hacer penetraciones más rápidas y profundas. En esta ocasión no traté de hacer rugosidades en las paredes para simular el tacto de una vagina, sino que las dejé tal como estaban, lisas. Eso no impide que sea también muy placentero penetrarlo, y así lo hice durate un rato, disfrutando de las sensaciones tan agradables que me daba, y satisfaciendo la necesidad de penetrar de la que hablaba al principio del post. Finalmente llegué al orgasmo, que fue largo e intenso como hacía días que no lo tenía.

Cuando acabé, puede apreciar dos de las ventajas que tiene el bote con respecto al tubo de goma: Solo tiene un agujero, por lo que al terminar lo pude dejar de pie en el suelo sin temor a que se derramara el recién eyaculado esperma. Y al ser el agujero de menor diámetro que el resto del bote, no se salió ni una sola gota de fluídos mientras me lo follaba, con lo que la sábana quedo límpia. La desventaja que tiene es que hay que contruírselo uno mismo, mientras que al tubo de goma no hay que hacerle nada, se puede usar nada más desembalarlo (lo mismo que las vaginas en lata esas que venden, que son bastante más caras).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hombre, que ya nos hacia falta leer algo bueno. Los detalles de tus pajas son buenisimos, excitan. A ver si con mas regularidad nos regalas tus relatos. Y te cuento que son mas buenos cuando los ilustras como el del viejo bote de champu. A ver si un dia pones una foto de tu polla dentro del tubo de goma. Saludos

Anónimo dijo...

seria de puta madre ver tu nabo dentro, para pertirse el pecho. Sigue asi. un blog para leer con una sola mano. De puta madre colega. Menudo morbazo, tio.