lunes, junio 26, 2006

Lo que pasó y no pasó el viernes

Para los que tengan prisa por saberlo:

No follé.


Para los que no tengan prisa y quieran saber qué más pasó:

El viernes pasado quedé con mi amiga para ir al cine, a la última sesión. Antes de salir de casa cogí un par de condones por lo que pudiera pasar, y para allá que me fuí.
Nos metimos a ver la película, y a la hora y media o así me dijo que le estaba entrando sueño, y se apoyó en mi hombro, pero no pasó nada más. Otra hora después, terminaba la peli (duración aproximada 2h30') y nos fuimos a un bar a tomar algo. Estuvimos comentando un poco la película y en un momento dado la conversación giró y estábamos hablando de nuestras vidas amorosas recientes. Acabamos dándonos unos morreos y nos fuimos del bar. Estuvimos paseando por las calles de los alrededores parándonos de vez en cuando a seguir besándonos mientras nos abrazábamos.

Después de dos o tres veces dijo que se quería ir a casa, que estaba cansada y tenía sueño. Le dije que esperara un poco más, y dimos otra vuelta, ya encaminándonos hacia su casa, y como antes parándonos de vez en cuando a darnos besos en la boca muy pegados los dos (aunque no llegamos a meternos mano). La acompañé al portal de su casa, y allí nos depedimos, esperaba que me dijera aquello de "¿Subes?", pero no, estaban sus padres y la idea de acabar en su cama no la mencionó ni indirectamente. Me encaminé hacia mi casa, eran las 3 de la madrugada y esperaba coger un taxi y llegar pronto. No fue así, todos iban llenos y andando andado estaba a menos de 5 minutos cuando empecé a ver alguno libre.

Llegué a casa y procedí a hacerme la paja de la frustración. Me desnudé y me tumbé en la cama, con el tubo de goma bien lubricado, pero después de follarlo unas cuantas veces, me entró calor. Salí en pelotas a la terracilla que da a la calle, que contemplé desde mi atalaya del sexto piso. La barandilla me llega hasta la altura del ombligo, así que en el hipotético caso de que alguien mirara no apreciaría a simple vista que iba desnudo. Hacía una temperatura agradable, y mi polla seguía erecta, así que seguí meneándomela con la mano, con toda tranquilidad. En el momento del orgasmo, saqué la polla por entre dos barrás de la barandilla y el semen salio a grandes chorros, por lo menos a un metro de distancia. Fue a caer a la calzada de la calle de abajo, y es posible que cayera algo en algún coche que había aparcado. Me pregunto si su propietario se habrá dado cuenta del churrete que habría en el techo. Seguramente no, como seguro que tampoco me vió nadie, ¿quien iba a estar mirando a las 4:30 de la madrugada precisamente hacia ese balcón del bloque de viviendas-colmena en el que vivo? Creo que nadie.

En realidad no estaba exactamente frustrado, más que la paja de la frustración era la del desahogo, porque llevaba toda la noche empalmado y tenía que desfogarme antes de irme a dormir.

Hoy mi amiga me ha escrito un correo preguntándome que qué me pareció lo del viernes, y le he dicho que bien, y ella me ha contestado que a ella también, y que prefiere ir despacio.

Pues vale, iremos despacio, después de los años que llevo sin follar no me importa esperar unas semanas más.

Y no os preocupéis, que os mantendré informados, ja ja.

miércoles, junio 21, 2006

Inercia

Ultimamente casi todas las veces que me masturbo lo hago por inercia. No es porque me ponga a pensar en cosas calientes, ni porque me excite viendo fotos o pelis eroticas, es por la costumbre, la mayoría de las últimas veces empiezo con mi pene totalmente fláccido, y tengo que masajearlo bien hasta que se pone en erección. Luego, mientras me lo estoy menenando muchas veces me desconcentro y mi mente vuela por sitios ajenos a lo que estoy haciendo, y no siento placer mientras estoy a ello. El orgasmo tarda más en llegar, pero de eso sí que me doy cuenta, je je.

Por otra parte, ya he quedado con mi amiga para ir al cine el viernes por la noche a la última sesión. Después, me imagino que iremos a tomar algo por ahí y luego... a ver que pasa :)

Respondiendo a una cuestión de Aksaray en un comentario del post anterior, lo de mi amiga que-no-esta-buena-pero-si-follable se refiere a su constitucion física. Digamos que tiene algo de sobrepeso, y no demasiada cintura. Pero como ya dije en un post anterior, es muy maja de caracter, y tiene cierta chispa pizpireta en su mirada. Y el follar debería ser un derecho inalienable, independiente del físico y caracter de cada uno, nadie debería ser rechazado por ello, aunque por desgracia me consta que hay personas con ciertas etiquetas a las que les resulta extremadamente dificil, lease: feos/as, gordos/as, gilipollas/os, timidos/as, deprimidos/as, bordes/as, etc.

Sí, hasta los gilipollas tienen derecho a follar, quizás muchos no lo serían tanto si lo hicieran más a menudo.

martes, junio 13, 2006

Caliente y calculador

En respuesta a un comentario que un lector anonimo puso en el post anterior, decir que de momento mi amiga que-no-está-buena-pero-sí-follable está de examenes, y hasta el venti-algo de junio no termina. Todavía no hemos concretado nada, pero seguramente el viernes de la semana que termine saldremos por la noche a dar una vuelta. Parece que quiere rollo, supongo y espero que vaya incluido algún acto carnal más allá de besos y caricias. El problema es el sitio. En mi piso no vivo solo, hay más gente que nunca ha llevado tías estando los demás, y me de palo ser el primero que rompa esta especie de tradición no escrita. Así que según veo tengo tres o cuatro opciones:

- Llevarla a mi piso de todas formas, y procurar pasar desapercibidos, haciendo lo más silenciosamente posible lo que quiera que vayamos a hacer, y acompañarla luego a su casa, porque lo de que amanezca conmigo y el resto de compañeros de piso no me gustaría. Lo se, debería importarme una mierda lo que piensen de mi mis compañeros de piso, pero no puedo evitarlo.

- Ir a algún sitio óscuro, recóndito y tranquilo de la ciudad, tipo parque, y hacer lo que se pueda. El problema es que ahora mismo no se me ocurre ninguno.

- Coger el coche y marcharnos a cualquier sitio óscuro, recóndito y tranquilo de fuera de la ciudad. Se me ocurren algunos, pero no se cómo estarán transitados por la noche y además, nunca lo he hecho en un coche y tengo entendido que es bastante incómodo.

- Alquilar una habitación en un hotel. El problema es que es caro, y como tampoco he reservado nunca habitación en un hotel no se si pondrán pegas por ir a las tantas de la madrugada.

- Alquilar una habitación en una pensión, que será algo más cutre y no tan caro como un hotel. El problema es que no se hasta que punto de cutre puede ser, ni si pondrán pegas por ir a las tantas de la madrugada.

- Ir a su casa, pero no se si será posible, creo que vive con sus padres. En ese caso, quizás se podría intentar lo que he dicho en el primer punto, meternos en su cuarto y hacer lo que vayamos a hacer, pero sin ruido y marchándome a casa silenciosamente cuando terminemos. Para ella sería mejor, porque ya se quedará allí y no tendrá que volver a dormir. Pero claro, eso no depende de mi.

- Variantes que se me ocurren ahora mismo: En casa de algún amigo (dificil, por mi parte), o en el trastero de mi/su casa, que seguro que allí no hay nadie, aunque eso si que es cutre cutre.


¡Necesito que me deis ideas y comenteis experiencias parecidas!

lunes, junio 05, 2006

Gran pajote

Últimamente mis pajas son muy frecuentes, como mínimo una al día, y las alterno entre el tubo de goma y la forma clásica, o sea, con la mano. La de anoche fue especialmente buena. Como ya empieza a hacer calor cuando me iba a ir a dormir apagué la luz de la habitación y me tumbe completamente desnudo encima de la cama, sin taparme con las sábanas ni nada. Comencé a fantasear con el posible polvo que puedo tener con mi amiga follable dentro de unos días. Me imaginaba que estábamos sentados al borde de la cama y nos ibamos desnudando. Yo le quitaba la camiseta sin mangas que llevaba y descubría sus hombros, blancos como la nieve. Luego con cierta dificultad le seguía el sujetador, dejando al descubierto unas tetas de tamaño aceptable con enormes pezones de color rosado. Se las acariciaba con las dos manos y nos besábamos, sentados todavía en el borde de la cama. Nuestros besos se iban haciendo más lururiosos, y nos ibamos recostando en la cama. Cuando estabamos totalmente horizontales le desabrochaba el botón del pantalón y bajaba la cremallera. Entonces metía mi mano, y apartando a un lado su ropa interior palpaba su tesoro. Estaba ligeramente húmedo y caliente, pero era suficiente para desearlo con locura. Le bajaba pantalones y bragas, ambas cosas a la vez, hasta los pies, y ella quedaba desnuda encima de mi cama.

Mientras iba pensando esto mi polla se iba poniendo dura como una piedra, y comenzaba a menearmela con la mano, haciendo suaves movimientos arriba y abajo, y de vez en cuando mis dedos recogían de la punta las gotitas del liquidillo viscoso que iba brotando. A veces paraba, mantenía tensado el músculo pubocoxígeo y observaba cómo fluía más sangre al capullo, que se hinchaba un poco y se volvía de un color más intenso durante unos fugaces instantes. Me gusta mi polla, no será tan grande ni la manejaré tan bien como muchos otros por ahí, pero es la mía, y me da muchas satisfacciones.

Mi fantasía continuaba conmigo saboreando las mieles de su cueva del placer, dándole lametazos y chupadillas a su pepitilla, al tiempo que mis dedos exploraban los alrededores y entrada de su cuevecita, mientras ella apretaba mi cabeza para que no me detuviera. En un momento dado, ella soltó un gemido porque mi lengua había acertado en algún punto sumamente placentero, y eso fue como la gota que colmó el vaso de mi creciente excitación. Yo estaba todavía vestido y en un abrir y cerrar de ojos me quitaba la ropa quedándome tan desnudo como ella. Mi polla erecta deseaba cobijo, así que me situaba encima de mi compañera de cama, y la penetraba lentamente en una clásica postura del misionero. Ambos gemíamos con esa primera y maravillosa penetración, con placer y una especie de alivio, porque yo me destensaba un poco y ella abría más las piernas con gesto relajado. Entonces, muy despacio y con mucha tranquilidad sacaba mi polla y se la volvía a meter, disfrutando los dos al máximo de la sensación. Ella rodeaba mi cuello con sus brazos y me atraía hacia su boca, besándome mientras seguía con las penetraciones. Poco a poco iba acelerando, y entonces dejábamos los besos y simplemente nos contemplábamos, lascivos, mientras el mete-saca era cada vez más rápido, y nuestros gemidos más frecuentes. Finalmente me corría en un maravilloso orgasmo, y a continuación le comía el coñito a ella hasta que sus músculos vaginales comenzaban a dar espasmos mientras brotaba un liquidillo.

Mientras pensaba en eso, mi pajote iba progresando de la misma manera. Mis meneos eran cada vez más rápidos, y alternaba el arriba-abajo con movimientos circulares, tensando de nuevo el músculo para concentrar más el placer. Estuve dos veces a punto de correrme, y las dos me detuve justo a tiempo para no hacerlo. Dejaba pasar unos instantes y volvía a la carga, hasta que en la tercera ocasión me preparé para la corrida. Encendía la luz y busqué algo donde echar el semen. Cogí la tapa de un tarro de crema y la puse encima de mi tripa. Volví a coger mi polla con la mano, y empecé a darle meneos como los que había hecho el rato anterior, y al final vino. Vino un orgasmo tan intenso como hacía tiempo que no tenía, y en sucesivas oleadas de placer la tapa del tarro de crema se inundo con potentes chorros de esperma, que no llegaron a cubrirlo, pero eso no tenía ni tiene ninguna importancia.

Lo importante es que disfruté como un enano. Y solo de rememorarlo y escribirlo me he empalmado y tengo la punta llena de ese liquidillo viscoso e incoloro. Creo que voya a intenar repetir lo de anoche... perdónenme.